Fray Albino, bienhechor y amigo

Tenemos un especial recuerdo a Fray albino en los 50 años del Decreto de Alabanza de la Congregación.

En estos días que la diócesis de Córdoba está celebrando el 50 aniversario de la muerte de Fray Albino, nosotras también con motivo de la celebración del Decretum Laudis, tenemos para él un recuerdo y agradecimiento muy especial.

Fue Fray Albino el que presentó la Congregación en Roma para su aprobación pontifica, Decreto de Alabanza, después de subsanar ciertas deficiencias encontradas en la unión en Congregación, hecha por Monseñor D. Ramón Guillamet y Comá en 1919, de las dos ramas, las Madres de la Piedad y las Terciarias Carmelitas.

A Fray Albino también le debemos, entre otras cosas no menos importantes, la primera expresión plástica que tuvimos del Patrocinio de María. El valor de este regalo no es sólo por el detalle en sí, sino por todo lo que supone de su preocupación sobre el significado y simbolismo que debería tener para nosotras nuestro título congregacional.

En los archivos de la congregación y de todas las casas hay un material abundante de la amistad que unía a las hermanas de la Congregación con su Obispo: las visitaba con frecuencia, las orientó a las fundaciones de Bélgica, les dio Ejercicios Espirituales, contaba con ellas para las obras sociales que en su tiempo se iniciaban en Córdoba…

Dejó en nuestra congregación una profunda huella y su recuerdo y agradecimiento están en el corazón de cada hermana.