“Una voz se escucha en Ramá: muchos llantos y sollozos; es Raquel que llora a sus hijos y no quiere que la consuelen porque ya no viven” (Mt. 2,18)

Que durante estos días de Navidad tengamos presentes a tantos pequeños y pequeñas inocentes. No hay injusticia mayor que el sufrimiento y muerte de los más pequeños. Que nuestro recuerdo y oración se convierta en compromiso por los que siguen sufriendo hoy.

Hoy pedimos especialmente por todas aquellas personas, especialmente en la etapa infantil, que sufren las consecuencias de este mundo tan desgastado. Ojalá sepamos llegar a ellos desde el cuidado y el cariño al prójimo, acompañando y ofreciendo nuestra vida y vulnerabilidad.

Oremos por todos los niños que son víctimas de maltratos y crueldad de las manos de quienes deberían protegerlos y llenarlos de cuidados, de valores y de amor.