Buenas tardes a todos y bienvenidos a la clausura del Certamen Literario P. Cosme en su XXVII edición. Este curso , después de dos años donde esta clausura  ha sido  diferente debido  a la pandemia en el año 2020 y a la celebración especial por  el aniversario  de los 25 años  más uno del Certamen que realizamos el año pasado, volvemos a retomar su celebración  por la tarde y  en el marco de esta preciosa capilla  la cual toda ella es un homenaje a nuestro fundador y  a su  Señora de la Piedad  a la cual le dedicó su vida  y su obra apostólica.

En primer lugar, agradecer la participación en el Certamen de los alumnos y alumnas de todos los centros de la Congregación, incluyéndose los colegios de Venezuela y Colombia, así como a los profesores, padres, madres, antiguos alumnos y personas conocidas de la Congregación que han participado.

Ya al iniciar  la celebración nos han  presentado de forma muy bonita  y visual  cuál ha sido el tema tratado en el certamen  literario, tema que responde al lema que este año todos los centros  han acogido  en su proyecto educativo para  expresarlo dentro de nuestro ideario y plasmarlo en nuestras diversas actuaciones y actitudes de vida.

Si, queremos poner de moda la alegría  y esto puede prestarse a confusión  o a creer que es una ingenuidad en los tiempos que corren  pero  ahondando en su significado, todas las personas que han participado en el Certamen y  que han acogido este reto de explicar cómo poner hoy de moda la Alegría  han coincido  en que no se trata de vivir en una alegría superficial  o ingenua, apartada de los problemas o basada en  el propio bienestar sino una alegría que nace del bien compartido,  porque- nos dicen los participantes- “ que a pesar de los problemas, hay que disfrutar cada momento y ver la vida con optimismo, pues esa actitud nos ayudará a cambiar el mundo , a hacerlo más amable, más cercano, más preocupado por el bienestar de todos  y eso sí está en nuestras manos porque donde hay Amor desinteresado y gratuito, amor que contagia y se hace visible en la vida diaria, que no busca grandes hazañas  sino que posibilita  la vida de otros, está la Alegría.

Pensemos cada uno de nosotros en tantas personas cercanas  que cada día no sólo ponen de moda la alegría sino que la viven a diario, que nos la proporcionan a todos, que con su sonrisa, sus palabras de aliento, su fortaleza ante el dolor  nos muestran que sí es posible esa alegría serena, honda y profunda que derraman a su alrededor y que produce paz y esperanza.

Si, pongamos de moda la alegría. Subrayemos lo que nos dice otro de nuestros participantes: “Es ahora el momento de poner de moda la alegría, de trascender a la magia y vivir la emoción del aquí y el ahora, de la búsqueda y la atención a los mínimos detalles que brinda el universo y los llena de felicidad, porque nos mueve la esperanza, vestimos el mundo de colores y ponemos de moda la alegría.

Y estamos en Adviento, preparación  para recibir la mayor alegría: el Nacimiento de Jesús, un tiempo  donde en la Liturgia escuchamos un texto muy significativo de la Palabra de Dios a través de San Pablo en su carta a los Filipenses y que nos dirige a todos los  cristianos y a todas las personas de buena voluntad, que luchan y trabajan por un mundo en paz: “Estad alegres en el Señor, os lo repito estad alegres, el Señor está cerca, que vuestra alegría la conozca todo el mundo”.

Muchas felicidades a todos los premiados y a todos los que han realizado su trabajo con dedicación y esfuerzo, haciendo posible una vez más que se pueda llevar a cabo y de forma muy satisfactoria este Certamen.

Termino  con unas palabras que hace mucho tiempo  leí  en una postal y que me iluminaron  en lo que podía significar la Alegría: ”Vivía y soñaba que la vida era alegría, desperté y vi que la vida era Servicio, serví y vi que el Servicio era la Alegría.

Que disfrutemos esta tarde de este encuentro y que entre todos no sólo pongamos de moda la alegría sino que ésta sea una constante en nuestra vida.

 

Muchas gracias.

Antonia García Navarro,HPM.