



Escuelas Católicas celebró los pasados 24, 25 y 26 de Noviembre en Granada su XVI Congreso bajo el lema “Inspiradores de Encuentros” con la participación de cerca de 2.000 educadores entre los que nos encontrábamos una representación de la Congregación HPM.
En él se ha puesto de manifiesto la necesidad, en este tiempo de incertidumbre, de buscar el encuentro con nosotros mismos y con el otro, para aprender, evolucionar y ser mejores personas.
En un contexto complejo como el que estamos viviendo, ponentes de primera fila pusieron el foco en el papel de la escuela y de los maestros, y en cómo cuidarnos los docentes para cuidar a nuestro alumnado.
Que la escuela católica dedique un congreso al «encuentro», especialmente después de los dos últimos años donde las posibilidades de encuentro se han reducido, es poner de relieve uno de los elementos esenciales de la misión educativa. «La escuela es un lugar privilegiado para inspirar encuentros, y los educadores estamos llamados a ser inspiradores de encuentros». Un encuentro que se hace realidad en la enseñanza de las materias, pero también en la búsqueda de interpretaciones, realidades, valores y comportamientos. Se incidió en la importancia que tiene el encuentro en la educación porque facilita la escucha, permite conocer qué piensan los alumnos, y así lograr lo mejor de cada uno de ellos.
Se habló de encuentros en clave samaritana, del encuentro con el diferente, de aquellos encuentros que nos transforman para toda la vida, de la importancia del encuentro con la realidad y de los espacios físicos como lugares de acogida. Y de cómo el encuentro con el otro nos construye y nos enriquece. Es importante la escuela que hace crecer en los niños el sentido de la responsabilidad sobre los otros, dándoles responsabilidades y, al mismo tiempo, una escuela que les abra los ojos a la realidad, el encuentro con el vulnerable desde el diálogo y la solidaridad. En un mundo en continuo cambio e hiperconectado, nos encontramos bastante solos, especialmente nuestros alumnos, no hay encuentro con el diferente. Debemos buscar el encuentro para eliminar los miedos sobre el otro, sin miedo a pensar que todo lo que viene de fuera nos ataca, «haciéndonos preguntas», y «educando la mirada para ver al otro como hermano».
Reflexionamos sobre:
Encuentros que transforman
Desde el punto de vista filosófico, teológico y antropológico, la esencia de los encuentros es la gratuidad, es darnos al otro, es celebrar sin un porqué, es la gracia, es un regalo. Por eso, una escuela sin alma no da lugar al encuentro. Encontrarse con un buen maestro, con una buena maestra, «es una gota de gracia en la vida».
Mística y accidentes del encuentro
En un mundo de consumismo y complejidad creciente, hay que educar para el desequilibrio, el descontrol y el desconcierto. Y, asumiendo esos retos, hay que apostar por «construir pensamiento» entre los alumnos, por cuidar el encuentro haciendo que la otra persona se sienta importante, teniendo en cuenta su historia y su naturaleza. «Lo importante en el encuentro con otra persona no es la empatía, sino la misericordia». Nos animó a los educadores a hacer de los alumnos «canteras de la fe» donde predomine el amor al prójimo, a Dios,
Encuentro en territorio virtual
La tecnología ha cambiado la comunicación desde el comienzo de la pandemia, con el aumento de dispositivos móviles, la inmediatez que exigimos a la información, o la oferta de ocio a la carta… Se dieron las claves para aplicar la innovación en la educación, y es que no hay una única fuente de información, que se deben generar entornos diversos, así como ofrecer todas las herramientas que existen. Aplicar la innovación en la educación es muy positivo porque permite adquirir conocimientos de forma distinta y preparar a los alumnos para el futuro.
Encuentro que nutre
La tecnología hizo posible traer a Pepe Rodríguez, cocinero y jurado de MasterChef, al Palacio de Congresos para su encuentro con Damián María Montes, misionero redentorista y tiktoker. A través de las preguntas se ofreció una reflexión en torno a la fe, la vocación y el servicio. El diálogo dejó constancia de las coincidencias entre ambos ponentes, demostraron que la fe es uno de los puntos de unión. Además de la profunda vocación que inspira sus profesiones, reconocieron que el servicio es centro de su labor, uno en la Iglesia, otro en su restaurante, pero con el mismo compromiso y responsabilidad por cuidar al que viene a su casa.
Encuentro en territorio presencial
Se habló de la escuela católica como espacio físico de acogida en situaciones críticas como las vividas por los colegios durante la pandemia, con el volcán de La Palma o con la acogida de alumnos ucranianos. Fue una emotiva y muy emocionante ponencia en la que reflejaron cómo las escuelas católicas transforman la realidad.
Encuentro que transforma
Reflexionamos sobre la importancia de la cultura del cuidado y que una de las claves del cuidado es la escucha, y para que esta sea posible es imprescindible tener «tiempo» y desarrollar la empatía emocional. Es importante que nuestros alumnos se sientan seguros en todas las etapas.
Encuentro con humor
El humor es un elemento clave, nos decía el TikToker, Nachter. A lo largo de su divertido discurso compartió vídeos y anécdotas, y descubrió las claves para conectar con los alumnos a través del humor reírse de uno mismo; pensar en positivo; relativizar los problemas; desarrollar la sensibilidad y la empatía; y cuidar el lenguaje corporal. Invitó además a emplear el humor en nuestro día a día, porque «hace el camino mucho más agradable», porque anima a quien lo pasa mal, genera confianza y amistad y, además, es algo que toda persona puede compartir para cambiar el ambiente que nos rodea.
Encuentro musical
Los encuentros musicales corrieron a cargo de David De María y el vocalista de Maldita Nerea, Jorge Ruiz Flores quienes dedicaron a los congresistas algunas de sus canciones. En este encuentro también hubo tiempo para las palabras, y entre canción y canción hablaron sobre cómo se ha convertido en su fuente de inspiración a la hora de componer el respeto que sienten por la profesión y el público, que siempre le ha llevado a escribir letras poéticas muy alejadas de lo que escuchan hoy día los jóvenes.
En el turno de Isabel Rojas, psicoterapeuta; inspiró y animó a los educadores a ser «profesores vitamina» para sus alumnos, profesores que «irradian felicidad’, teniendo muy presente que para ser buen profesor lo primero que hay que hacer es estar bien con uno mismo. «Según cómo estoy, así enseño».
Para ello no existía una receta, pero sí se pueden adoptar hábitos que ayuden al autocuidado y entre ellos está conectar con Él, con el otro y con nuestros alumnos, porque al conectar con las personas sube la oxitocina, baja el cortisol y aumenta la felicidad.
En un mundo hiperestimulado, con menos empatía, menos felicidad y más vías de
escape, Isabel Rojas recomendó a los profesores que cultivemos nuestra voz interior, que eduquemos la mirada, que vivamos con optimismo, más lentamente, reduciendo el consumo de pantallas, evitando las personas tóxicas, siendo «verdaderos modelos y testigos de identidad para nuestros alumnos», sin dejar nunca de abrazar.
Para concluir y clausurar el Congreso se nos recordó que además de «ser maestros, nos une que somos alumnos y discípulos del Maestro, quien resumió todas sus enseñanzas en una sola palabra: AMAOS«. Por este motivo se insistió en la necesidad de fomentar el encuentro «con nosotros mismos, con compañeros, familias, alumnos, y distintas instituciones», porque, «en el momento actual, la educación, el mundo y la Iglesia demandan que nos encontremos, dialoguemos, creemos opinión».
La escuela católica es un lugar de encuentro, de acogida, un lugar donde encontrarnos con el otro, con uno mismo y con Dios. Generemos en nuestros colegios encuentros sanadores que no permitan cuidar y cuidarnos.
Mariló Anaya
Directora del Colegio «San José»
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