
¡VENERABLE!
17 de marzo de 2021, una fecha (más) en la historia de nuestra Congregación: queda firmado el Decreto de Virtudes Heroicas que declara «Venerable» al Padre Cosme Muñoz Pérez.
12 de diciembre de 2021 domingo de Gaudete, de alegría de celebración; de regocijo por el reencuentro venido desde tantos lugares de España; de gozo por la asistencia de las Comunidades de Ultramar, presentes gracias a las redes sociales; de júbilo contenido, porque poco a poco vamos venciendo al mal virus que truncó el previo año mielgo.
Y en este tercer domingo de Adviento, al filo del Ángelus, una solemne Eucaristía de Acción de Gracias celebrada en la Santa Iglesia Catedral de Córdoba concitó a cuantos somos Hijas del Patrocinio de María para agradecer la llegada del primero de los dos posibles finales de la bicéfala Causa, a la que falta su colofón, que ha de venir en modo de declaración de Santidad.
No es fácil; al contrario, parece imposible al exigir la necesidad de que la intercesión divina facilite un milagro; da igual cuál, cómo, sobre quién o dónde.
Pero no da igual quién sea su vehículo, puesto que este milagro ha de ser facilitado por Cosme con sobrenatural influencia en su cualidad de instrumento divino.
No basta, para ello, con que Cosme impregne a todas y cada una de sus hijas consagradas.
Tampoco que haya permitido el mantenimiento de esta Congregación durante más de cuatro siglos, superando día a día, las cada vez más complicadas dificultades que la vida impone.
Que la hermana Marina de la Cruz (en la cofundación) la madre Amalia Cea (al inicio) Sor María Dolores Torres, Sor María Francisca Ruiz o Sor Antonia García (en nuestros días) hayan mantenido y aviven la llama del Fundador difundiendo el Carisma de la Congregación, se antoja insuficiente.
Hace falta un milagro.
Ahora «que el Señor está aquí, al alcance de la mano» hemos de esperar a que se produzca y que lo haga, como decía San Agustín, rebasando «las esperanzas posibles y la capacidad del que lo contempla» para que así no surjan dudas de su existencia.
Inefablemente, llegará.
En esta alegría de encuentro, con esperanza de adviento, llenos de júbilo navideño, embriagados por el aroma de Córdoba – qué bonita está por la mañana – y contentos por la presencia de Cosme en La Piedad, su colegio, pudimos comprobar la universalidad del Venerable… y la de sus Hijas, unidas en torno a un himno de canto emocionado, que cerró la ceremonia.

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