“La fidelidad es cuestión de Amor que brota desde la fraternidad.”
Esta frase me ha acompañado desde que la escuché en el retiro, la fidelidad va mas allá del individuo, pasa a ser comunidad, para así vivirla desde la esencia de la misma, la cual es el Amor, un amor cercano, encarnado, abierto y atento.
El ver a las hermanas y escucharle en los comentarios que realizaban era de gran fortaleza y alegría.
Somos débiles pero desde esa debilidad nuestro Padre nos fortalece porque hemos sido llamadas a este carisma especial. En el comedor una imagen me acompañó durante eso dos días de encuentro con el Señor y con mis hermanas, una imagen de Hilos unidos por un mismo nudo, y nos veía a cada una de nosotras tomando un pedacito del mismo; somos diferentes pero desde esas mismas diferencias formamos una gran familia inundada de Amor y entrega a la vocación recibida, teniendo en cuenta que en toda vocación hay crisis, dificultades y momentos muy difíciles pero tenemos la confianza en Aquel que nos ha llamado y nos ha puesto personas que son instrumentos en la tierra que nos guían en cada una de esas situaciones.
La fidelidad está basada en pequeñas acciones, que escuchándolas las veía reflejada en distintas hermanas o actividades: somos fecundas, creativas, innovadoras, fieles creyentes a la voluntad de Dios, la cual nos hace felices en todo lo que realizamos, atentas a las necesidades de nuestros hermanos, responsables en todo lo encomendado y todo esto lo realizamos desde una gran valor: el amor, que nace desde lo más íntimo de nuestro corazón inundado por Dios.
María Tineo, novicia HPM




Comentarios recientes