
FIESTA EN EL CIELO Y EN LA TIERRA
Los mártires son Evangelio vivido.
Ayer la Iglesia Universal, la Diócesis de Córdoba y las Hijas del Patrocinio de María, se vistieron de fiesta para celebrar la Beatificación de “Juan Elías Medina y 26 compañeros mártires”, entre los que figuran sacerdotes, seminaristas, religiosos, fieles laicos y especialmente para nosotras la Madre Pepa, quien murió en Baena en época de la guerra a causa de su fe.
Celebramos la vida de estos santos mártires quiénes entregaron su sangre bajo la persecución religiosa que se produjo en la guerra civil qué hubo en España entre el año 1936 y 1939, ellos hoy resplandecen ante la Iglesia como testigos del amor de Dios y de su misericordia y ahora gozan de la visión beatifica de Dios en el cielo.
Juan Pablo II destacó durante su pontificado algunos signos por los que es fácil reconocer a un mártir, pero hoy nos quedamos con una frase dicha por él y cargada de significado “los mártires son los que viven amando y mueren perdonando”. El papa Francisco ha señalado en algunas de sus cartas y exhortaciones que “los mártires son frutos de la iglesia en misión y que el discípulo sabe dar la vida entera, pues su sueño no es llenarse de enemigos, sino que la Palabra sea acogida y manifieste su potencia liberadora entre los hombres.
Hoy podemos celebrar que entre estos 127 mártires y especialmente hoy para nosotras en la Madre Pepa se cumplió esa última bienaventuranza:
“Bienaventurados vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo”.



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