
DISCIPULAS MISIONERAS DE LA ESPERANZA
Mi nombre está escrito en el directorio de misioneros de Granada: María Isabel Quirós Jiménez, de Guejar Sierra, aunque todos me llaman Maribel. La toma de conciencia de lo que esto significa, me compromete en la Iglesia y quisiera que, como todo cristiano, más allá de esta anotación, nuestros nombres se escribieran ante Dios, porque hicimos su voluntad y amamos entrañablemente, que tuviéramos todos la experiencia mística de P. Casaldáliga plasmada en uno de sus poemas:
Al final del camino me dirán: — ¿Has vivido? ¿Has amado? Y yo, sin decir nada, abriré el corazón lleno de nombres.
Comparto con todos ustedes la experiencia de treinta y seis (36) años de misión en Venezuela, con el deseo de testimoniar el gran don que Dios me ha regalado, con el deseo de que motive a otros a asumir la invitación del Papa Francisco, desde el lugar en el que nos encontremos y en la cotidianidad de nuestro día a día:
“Todo cristiano es misionero en la medida en que se ha encontrado con el amor de Dios en Cristo Jesús; ya no decimos que somos «discípulos» y «misioneros», sino que somos siempre «discípulos misioneros».” (Evangelii Gaudium, 120)
(Completo en documento adjunto)
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