En la víspera de la fiesta de la Natividad de la Virgen, la comunidad de Priego, celebró un acontecimiento para dar gracias a Dios: el 50 aniversario de la consagración de Sor Nati. En el marco de la Eucaristía, renovó su sí a Dios con más alegría.
Y es que la vida consagrada responde a una llamada, a una invitación y una aceptación voluntaria. Es como la llamada que Jesús hizo al Apóstol Mateo, cuando le dijo: “Sígueme”, Ven conmigo, te invito a que tomes parte de mis amigos y mi familia. Quiero compartir contigo un Proyecto maravillosos que he recibido de mi Padre. . . .
Y dejándolo todo, Mateo le siguió; y es que vale la pena gastar la vida en esta experiencia del amor liberador de Dios.
El apóstol Mateo, se animó y se arriesgó a seguir a Jesús, dejando atrás su vida, trabajo, bienes y familia para emprender una nueva vida de manos del maestro.
Pidamos al Señor que envíe más obreras a sus campos, porque la cosecha es mucha y los obreras pocas.
Oremos los unos por los otros.

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