La RAE define la incertidumbre como “La falta de seguridad, de confianza o de certeza sobre algo, especialmente cuando crea inquietud”. Los días pasan y, aunque con el tiempo nos acostumbramos a casi todo, en el caso de esta pandemia no nos pasa lo mismo, sino que por el contrario, cada vez nos parece más raro todo.
Llevamos meses inmersas en una situación anormal que nos ha cambiado nuestro tiempo, nuestros ritmos, nuestras posibilidades, nuestras necesidades. Nos ha acercado a algunos seres queridos y nos ha alejado de otros, de nuestro día a día, de nuestros trabajos, de nuestras cosas.
Cinco meses detenidas, con nuestras casas cerradas, con nuestras clases vacías. Sin ver ni compartir de cerca con quienes nos ayudan a llevar adelante nuestras obras apostólicas.
Qué difícil nos va resultando no saber lo que vendrá después. Qué acostumbrados estábamos a predecirlo todo o casi todo, a calcular, planificar, organizar dejando fuera o incluyendo lo que nos parecía bien. Qué fríos se han vuelto algunos encuentros, el momento donde llega el beso o el abrazo espontáneo, porque detrás de ellos, existe el temor de contagiar o de ser contagiados. Qué triste el ver al otro como peligroso.
Y a pesar de todo esto, va oliendo a fin de verano, a cuadernos nuevos, a zapatos sin usar, a goma y lápices de colores. Va oliendo a creatividad y crecimiento, a niños correteando en el colegio, a clases llenas, a meriendas compartidas. Se va escuchando el saludo de la maestra, los buenos días de los papás en la puerta, la amistad y el cariño entre compañeros y amigos que necesitan volver a compartir.
Aun en medio del miedo que nos da lo desconocido, dentro de nosotros está activo el sueño de que el 10 de septiembre las clases vuelvan a convertirse, como cada año, en espacios para el intercambio y para la formación.
Sabemos que todo esto pasará… Aunque las preguntas que tenemos en el fondo del corazón sean: ¿Cuánto tiempo durará esta pandemia? ¿cuánto nos queda por vivir? ¿cuánto aprenderemos? ¿cuánto haremos mal?
En tus manos estamos, Señor de la historia, sigue caminando con nosotros.
Comentarios recientes