¡Llega la Navidad! y necesitamos parar el ritmo y buscar espacios para estar con el Señor, para alegrarnos con su venida, para creérnosla. . 
Termina el tiempo de Adviento y ya llega el nacimiento de Jesús. Los momento de silencio, las velas de la corona, la música, el profeta Isaias,  nos habrán ayudado a  caer en la cuenta de lo que vamos a celebrar. Es  tiempo para abrir nuestra mente, cuerpo y corazón  para recibir con plena conciencia todo lo que se nos va a regalar.  Es tiempo de abrirnos al mensaje, para disfrutar su presencia, tiempo para ir hacia Él, con lo que somos y con todo lo que hemos descubierto. 
Que nuestro frágil corazón busque en este tiempo, compartir todo el amor que derramas al venir.
Que sepamos que el Mesías anunciado va a llegar a nuestro mundo en situaciones difíciles, de pobreza, marginación y soledad, porque el  anuncios de salvación que nos va a llegar es   a través de toda esa realidad que nos rodea.
 
Ojalá nos preguntemos ¿Qué podemos hacer esta Navidad para hacer mensajeros de buenas noticias? Y hagamos eso, simplemente, dar buenas noticias.
Que este tiempo de calidad nos anime a dar más sentido a nuestra vida, a la Navidad que ya está ahí.
 
Nuestro deseo en este tiempo es que no nos  falte el encuentro con el Misterio y que lo vivamos dando  gracias infinitas por su amor inalterable…